BUENOS AIRES.- Quizás la imagen de Carlos Tévez sirva para ilustrar la confianza de la Selección, a pocas horas del debut ante Bolivia. Minutos antes de comenzar la atención a la prensa en el predio de Ezeiza, el hombre del Manchester City está de short y chancletas, mirando el partido del Sub 17. Y lleva en la mano derecha su material de lectura: la biografía de Guillermo Cóppola. La escena sería muy de entrecasa, si no fuese por los dos patovicas que impiden cualquier contacto con el delantero.
En el último entrenamiento antes del partido inaugural de la Copa América, el técnico Sergio Batista dio una conferencia de prensa, en la que, justamente, confirmó a "Carlitos" en el once inicial. "Vamos a jugar con Juan Pablo Carrizo..., dijo el "Checho". Alguien advirtió el cambio de arquero y consultó por la presencia del jugador de River. "No, perdón, atajará Sergio Romero", corrigió el error.
Cuando le consultaron sobre la inclusión del "Apache", que hace algunas semanas no estaba en los planes, el técnico explicó: "No me guío por el clamor popular ni soy un técnico caprichoso. En su momento, charlamos y aclaramos las cosas; son cuestiones que quedan entre nosotros. Y una vez que entró a la lista tiene la misma posibilidad que todos. Creo que con él y con Lavezzi vamos a tener juego y vértigo".
Ni Buenos Aires ni La Plata viven con especial entusiasmo el inicio del torneo de selecciones más importante del continente. En la Capital, sólo el barrio de Recoleta, donde funciona el centro de operaciones de la prensa, está plagado de periodistas deportivos y de entusiastas que se acercan para pedir un fixture y comentar las alternativas de las selecciones. En la ciudad de las diagonales, los futboleros estuvieron hoy más preocupados el descenso de Gimnasia que por el inicio de la copa.
Lo cierto es que esta noche Argentina y Bolivia abrirán el torneo. Al final de la conferencia de prensa, un periodista de CQC Brasil le pidió que arriesgue un resultado. "Teniendo en cuenta que el último partido con Bolivia lo perdieron 6 a 1. ¿Un empate sería un buen resultado?", consultó el cronista. El DT respondió con una sonrisa irónica. "Hay una presión extra porque lo jugamos en casa. Pero vamos a tratar de ganarlo", finalizó el "Checho", con toda la confianza del mundo.